PIERROT III
Hay pequeños claveles que marchitan en febrero
y hay crisálidas hambrientas feneciendo ante el alba de equinoccio.
Hay un pierrot famélico cuyo sopor intimida a toda la bóveda celeste, y mil demonios risueños que pretenden expulsarse.
Tomo la botella de whisky y les obligo al silencio.
Hay un sitio donde los demonios se sublevan del silencio. Disintiendo de todo lo habitual: de las grandes amistades, de la tragedia por no tener un buen gusto...
Los nacos confinados en la Tierra de Oz.
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1 comentario:
compartiendo con los los Munchkins, sin zapatos de plata ni mucho menos un corazon de verdad... todo venido por el destino a ciudad esmeralda!!! amo conocer lugares nuevos, la mejor compañia, le mejor de las sonrisas. gracias.
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