EL ASNO DE ORO I

Soy un asno negro bañado en oro. Soy despuès la inmundicia . Tomo sin quererlo esta forma que, conveniente dilata las pupilas de una dama; èsta se aproxima, acaricia mis narices, tienta mis pesuñas y besa mis orejas.
Bastardo y obseno la ofendo con mi imagen burda. Su lecho inmaculado y fino por los petalos de rosa...
Cuando me doy cuenta estoy encima de ella. Sus gemidos en conjuciòn con mis mujidos destilan làgrimas del firmamento emulando los peores sonidos del averno. !Se conmoviò la luna! !Se apenan los jilgeros! !Qùe portento!.
Mis toscas pesuñas rasgan sus vestidos, mi baba inmensa perturba su pàlida piel. Mis torpes colmillos trituran sus bragas y tributan con esmero al desenfreno, al exeso, al frenesì...
Al orto se vuelven mis maneras de hombre negro, me olvido de ella, me espera la mañana...
Soy el ùnico jumento que desquicia las caricias femeninas, por mi condiciòn de asno y mio atavìo dorado. cPach